Ismael y las lanchas descompuestas
jueves, 27 de febrero de 2014
Ismael Retureta, Asistente
Contable de la Dirección de Conservación
Por allí de 2007, fui a una visita de campo a las
Islas del Golfo con dos otros miembros del equipo de FMCN: Luz y Andrew. Era
una de las primeras salidas de campo para Luz. Teníamos que ir a verificar un
proyecto que estábamos financiando en esa área protegida. Resultó que en una de
esas teníamos que ir a ver una estación de pescadores en una pequeña isla. Un
lanchero nos dijo, “Vénganse, yo los llevo”.
Estábamos a punto de llegar a la isla cuando el
motor de la lancha se descompuso. No teníamos cómo comunicarnos porque la radio
no tenía buena recepción. Sin embargo, tuvimos la suerte de que iba pasando
otra lancha. Pedimos ayuda, y nos dijeron, “Súbanse; los llevamos a la
estación”. Amarraron la primera lancha a su lancha para que la pudiéramos
arrastrar.
Nos subimos a esa otra lancha, pero después de unos
kilómetros, también se descompuso. Afortunadamente, esa lancha ya nos había
acercado mucho a la costa de la isla. Como no podíamos dejar las 2 lanchas
allí, dijimos, “Tenemos que arrastrarla y llevarla a la estación a que se
arregle.”
Nos íbamos turnando: Andrew jalaba un poquito, luego
jalaba yo…
Cuando llegamos a la estación de pescadores,
estuvimos allí algunas horas esperando a que llegaran a arreglar las lanchas.
Pasaron las horas, y no teníamos nada que hacer más que estarnos picando los
ojos. Los mosquitos nos estaban picando. Luz, en su primera salida de campo,
estaba asustada; pensaba que se iba a morir allí en medio del mar.
No recuerdo cuánto esperamos. Pero no nos morimos
allí en el mar: al final llegó una tercera lancha para rescatarnos, y en ésa
regresamos a tierra firme.
Consejero del Mes
martes, 25 de febrero de 2014
Ricardo Peón, miembro del consejo directivo, es
oceanógrafo e hizo una maestría en finanzas en la Universidad de Stirling en
Escocia, donde conoció a su esposa. Le gusta bucear y leer, pero
actualmente su mayor afición son sus hijas.
Entró a FMCN hace 14 años porque era miembro del comité
de inversiones y después lo invitaron a que fuera consejero. Ricardo está
orgulloso de los logros del FMCN en sus 20 años y opina que es importante que
la institución siga creciendo e integre nuevas ideas mirando al futuro.
Conoce al Staff
martes, 25 de febrero de 2014
¿Qué me gusta hacer? Me encanta ver el amanecer. Desde hace un año aproximadamente, junto con un grupo de amigos, procuramos llegar a la parte más alta de alguna montaña para presenciarlo ahí, en la naturaleza. Cada mes o dos meses, dependiendo de nuestro destino (el último fue al Nevado de Toluca), salimos muy de madrugada para llegar justo antes de que salga el sol.
Ya en el lugar cada quien toma su tiempo para presenciar el amanecer que durante una hora o un poco menos, te permite ser observador de cómo cambia el paisaje, de cómo la luz y el calor van mostrando otras formas. Es muy reconfortante encontrarte con la vegetación y la fauna de cada lugar y en algunos sitios, como los Dinamos en la Magdalena Contreras, puedes ver desde las partes más altas el río aún sin contaminar.
Para bajar del lugar formamos dos grupos y dependiendo de la condición física, puedes correr 15 o 6 km. Yo me quedo en el grupo de 6 km y en aproximadamente dos horas nos volvemos a reunir en un punto metros abajo para descansar y convivir tomando un pequeño refrigerio para después regresar al D.F.
Estos días son muy divertidos, están llenos de hermosas imágenes y sobre todo de instantes de mucha tranquilidad que puedes disfrutar a unos cuantos kilómetros de la aguerrida Ciudad de México.
Así que si alguien gusta unirse a una de estas salidas, ¡con gusto están invitados!.
Don Fidel
martes, 4 de febrero de 2014
La Sra. Beatriz se tomó un tiempo
para contarnos del secreto que se oculta en la oficina de Liderazgo SAM,
ubicado en la planta alta de la oficina de Damas.
En el cuartito de archivos de libros y carpetas de la
oficina de Liderazgo se encuentra el pequeño nicho de una virgencita.
Unos años atrás, alguien movió el nicho de su lugar, y fue entonces que
comenzaron a escucharse ruidos de puertas y rechinidos del piso. Cuando subían
a checar la fuente de los ruidos, nunca veían nada. Los más racionales
suponían que los ruidos eran generados por una corriente de aire que hacía que
se azotaran las puertas. Sin embargo, durante una fiesta de navidad en la
oficina de Fondo, alguien volvió a escuchar ruidos en la planta alta y se
asomó a checar qué pasaba; ¡grande fue su sorpresa al
ver la figura de un hombre! A ese alguien lo bautizaron don Fidel, quien desde entonces es el encargado de velar el
trabajo de los colegas de Fondo que se quedan a trabajar hasta bien tarde en
las oficinas centrales...
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